Les cuento que este ha sido un verano muy especial. En principio comenzó con mucha anticipación (desde el punto de vista climático) es decir, se adelantó notablemente registrando altas temperaturas en el mes de octubre y noviembre.
También hoy pareciera estar acabándose en plena época del carnaval. Esta mañana hicieron 9 grados de mínima. Y como las golondrinas ya casi se han ido rumbo a San Juan de Capistrano, los turistas parecen también haber emprendido su exodo anual. Se quedarán aquellos que llegan buscando no el ruido sino la mansedumbre y tranquilidad de estas montañas. Que -debo decir- no son pocos.
Pero (dense cuenta) estoy con tiempo para poder desgranar estas reflexiones.!!
Siguiendo con el clima, el día de San Valentín (14-2) vinieron muchos comenzales al Restaurante Gaynor, aquí en el Huaico, y también y casi al mismo tiempo una tormenta en tres etapas que dió un aire muy especial a mi comida afrodisíaca. Algunos fantasearon con quedarse a dormir y otros con el futuro inmediato de la lluvia en el techo!...
Al mismo tiempo en una amplia franja a lo largo de la ruta cayó la consabida piedra haciendo bastante daño a las plantaciones y en algunos techos. Un campo de frutos rojos se arruinó en lo de Von Hermann y Beatrice está esperando los albañiles para reparar las tejas de su chalet.
En otro orden de cosas, algunas visitas interesantes y mucho movimiento de energía, aparecen primos, parientes, conocidos, vecinos que hace treinta y cinco años que no venían, amigos que quieren venirse para estos lados, Gaynors de otras familias que desean chequear posibilidades genealógicas, todo mezclado con la cocina, las visitas al mercado y las luchas por conseguir un buen queso de cabra o que la Granja El Aromo me venda unos pollos orgánicos, ahora y no en Marzo.
Espero poder volver a la normalidad de comunicación con todos. Hasta otro día.